¿NECESITO LA PACIENCIA?
¿NECESITO LA PACIENCIA?
Ayer me vino a la cabeza un flash de los que me dan por las
mañanas cuando vengo en el coche conduciendo al trabajo sobre la ¡PACIENCIA!
He comenzado a dudar de la paciencia. La opinión que tengo
ahora sobre ella ha cambiado ¿Para qué necesito la paciencia?
Me estoy planteando esto después de observar qué me ocurre
en las situaciones donde pierdo la paciencia y por qué a veces no la necesito y,
aun no notándola presente, llevo una situación, que podría ser estresante, de
una manera muy tranquila. La observación ha sido el factor básico en esto.
He observado que, cuando vivo una situación, en mi opinión,
desagradable y la acepto tal como es sin querer cambiarla, no necesito la paciencia
para atravesarla y vivirla. Cuando vivo una experiencia que me va cargando y
lucho contra ella porque querría que fuera diferente, noto que la paciencia me
ayuda a no explotar inicialmente y al ver que esa situación continua desarrollándose
de la misma manera comienzo a perderla y desaparece completamente cuando pierdo
la esperanza de que la realidad cambie.
Por tanto, la paciencia no me sirve para nada, a veces tan
solo para fingir que tengo el control de la situación y en realidad estoy
ardiendo por dentro. Al darme cuenta de que no tengo ese control me siento
frustrada y traicionada y la ira sale con más fuerza porque me había creado
unas expectativas que no se han cumplido.
Ya he experimentado alguna situación en la que he aceptado
los hechos y no he necesitado la paciencia.
Aceptar la realidad (por llamarla de alguna forma) no es lo
mismo que resignarse a ella. Yo elijo cómo vivir y sentir esa experiencia y lo
que puedo hacer, por mi parte, sin intentar cambiar lo que sucede. Siento una
liberación absoluta porque ya no necesito hacerme cargo de lo externo, solo de
mis pensamientos, mis reacciones y mi forma de vivirlo.
Todo lo que me pasa es para mi propio aprendizaje y el
integrar esto me permite sentir una enorme paz. Estoy en el camino de encajarlo
porque a veces, todavía, me sigo tirando de los pelos cuando algo no sucede
como yo he previsto y quiero.
Creo que la clave es aceptar y agradecer todas las
experiencias que llegan a mi vida, sean agradables o menos agradables. Cuando
miro atrás y veo esas experiencias incómodas desde la distancia me doy cuenta
que tuvieron su significado y razón para que yo esté y sea lo que soy ahora.
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